miércoles, junio 27, 2018

De muerte a vida - Entrega #12



Todo aquel que en él creyere,
no será avergonzado



Hola querido amigo y amiga, soy el pastor Eduardo Torres y espero que hoy estés muy optimistas y alegre.

Ayer te dejé un reto: “no desperdiciar ni un segundo más, pues cada minuto que pasa es un minuto más que nos acerca a una de estas dos eternidades” para tomar la decisión de seguir a Jesucristo.  Hablé de que las mujeres y los hombres al morir están condenados a una vida de dolor eternamente, separado de Dios, es lógico que debo también hablar de la vida eterna con Jesús en los cielos y con mucha más pasión

La esperanza de todo ser humano es estar con Dios para siempre y debemos tener esa seguridad, sin titubear, Pablo dice sobre este hecho de que morir así es ganancia y todo por la seguridad que tenemos de la salvación de nuestra alma “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Fil. 1:21). Cuando hablemos así acerca del cielo, es porque abrigamos la esperanza que hay y que se sostiene por causa de una amistad con Dios; cuando se acepta la salvación en Cristo de todo corazón, cuando uno abandona todo lo que le ata a una vida religiosamente manufacturada y une su vida al SEÑOR siguiéndolo, entonces se está viviendo la realidad de esa esperanza; el cielo, nuestra esperanza, es el lugar donde Dios habita. ¿Acaso nos interesa algo más que Dios? La única riqueza que hay para nosotros en ese lugar es la persona que nos creó a ti y a mí.  Amiga o amigo mío, las cosas que el cielo nos ofrece, no pueden jamás ni nunca compararse con las cosas que este mundo nos ofrece. ¿Crees tú que el hecho de poder ver a Jesús cara a cara y habitar en SU morada no es suficiente? Celebremos y digamos como Pablo “la muerte nos trae ganancia, si aceptamos a Jesucristo como nuestro único y suficiente Salvador”, además también dice en Romanos 10:9-13 “…que, si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.  Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado …  porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”.

Ahora, declárale a Dios que te arrepientes de haberlo desobedecido cometiendo pecado, que te arrepientes de haber estado separado de la persona de Jesús y que ahora pides perdón al SEÑOR y declara que su sangre derramada por ti te limpia de pecado.  Dile a Jesús que estás dispuesto a seguirle como tu Salvador y como tu Dueño, dile a Jesús que tú crees que su resurrección te ha dado el poder para vivir eternamente con Él y que lo recibes en tu corazón una vez y para siempre.

Dice en Colosenses 2:6 “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en Él”. Y en Apocalipsis1:5 “y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre”.

Espero que hallas comprendido todo, y que hoy sea el día más especial de tu vida.  Dios te bendiga.  Hemos terminado esta serie “De Muerte a vida” y es muy posible que tengas preguntas o quisieras aclarar algunas cosas. 

Puedes escribirme a la.palabra.vital@gmail.com con mucho placer te responderé, usar el correo electrónico nos facilita la comunicación.

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