Familia



EL SHEMA DEL PUEBLO DE DIOS
¡OYE  ISRAEL!
Lic. Eduardo E. Torres

Escucha, Israel [Oye Israel]: El Señor nuestro Dios es el único Señor.  Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca;  escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades”. [1]

Aquí es donde se centra la adoración del pueblo hebreo. Dios distinguió el amar a Dios como el más importante, lo prioritario en la vida del judaísmo. Son las palabras de la Torá Judía, específicamente en Deuteronomio, estudiadas con objetividad y mucha propiedad, en el fondo, más aun en el núcleo que encierra y revela la suprema sabiduría de Dios, en otras palabras, Su gloriosa enseñanza.  Es el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob y es el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que dice de si mismo que es el único y verdadero Dios, y que dos vece al día, todos los días desde niños y hasta la ancianidad se repetían esta palabras, el Shemá[2] del pueblo de Dios –“ Oye Israel Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”  Oye Israel

¿Qué se enseñaba y aun se enseña hoy?

El Dios que demanda nuestro amor, Jehovah, es distinto de los dioses del mundo. El es uno. Entre los cananeos había muchos baales.[3] Había baales para distintas lugares.
Pero Jehovah es distinto. Para el cristiano sólo hay un Dios verdadero manifestado en las tres personas de la Trinidad. Sin embargo, hay solamente un Dios.   El es único. Los otros dioses no existen. "Yo soy Jehovah y no hay otro"[4]
El es justo y bueno. Los países paganos trataron de aplacar el enojo de dioses malos. Israel adoró a Jehovah, un Dios santo y bondadoso. Dios había librado a su pueblo de la esclavitud. Dios en sus mandamientos protege a las viudas y a los huérfanos.  Hace justicia y la imparte, disciplina al que ama, ayuda al desamparado y lo protege, salva y da libre albedrío al ser humano para decidir su propio destino eterno “…el que en El cree no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado…”.[5]

También declaró Dios que el mandamiento de amar a Dios es significativo. El escritor expone aquí en forma positiva lo que está expuesto en forma negativa en la prohibición de los dos mandamientos del decálogo. El primero está en contra de adorar o venerar a otros dioses. El segundo mandamiento prohíbe la hechura o tenencia de ídolos u objetos dirigidos a ellos, y además en este mandamiento está implícita la espiritualidad de Dios. Debemos amar a Dios, porque él es un Dios de misericordia. El fundamento del amor a Dios es su gran amor a nosotros. Debemos amar a Dios con: (1) Todo nuestro corazón. En el pensamiento hebreo el corazón incluye la mente y la voluntad. No es un sentimiento pasajero. (2) Toda nuestra alma. El alma es la fuente de vitalidad en el cuerpo. (3) Todas nuestras fuerzas. Estas palabras hacen más amplia la idea de amar con toda nuestra alma.

Una generación planta los árboles, y las siguientes disfrutan de los frutos.  Todos estamos conscientes  del grave estado de decadencia moral y espiritual de nuestra sociedad.  Eso se debe sencillamente a que los valores de hoy chocan directamente con los principios divinos. Si como padres cristianos enseñamos los principios divinos, esteremos plantando en el corazón de nuestro hijos, las siguientes generaciones, disfrutarán del fruto.  El Señor en Proverbios habla de este fruto, dice: “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él“.[6] Todos estamos conscientes  del grave estado de decadencia moral y espiritual de nuestra sociedad.  Eso se debe sencillamente a que los valores de hoy chocan directamente con los principios divinos.  Cuando la familia enfrenta problemas y está dividida nunca encontrarán solución, pero al contrario, si esta amalgamada, unida, juntos encontraran la respuesta a sus problemas.  Cuando los hijos sed levantan a la luz de las sagradas escrituras, bajo el mismo poder del Espíritu Santo, no importan cuanto años pasen, no importa si están lejanos unos de otros por la distancia o las diferencias; vendrá el vendaval y la respuesta de Dios, nunca se hará esperar.

¿Cómo podemos sostener la solidez familiar?

Primero, cumpliendo con nuestro rol de enseñanza en casa (Deut. 4:9, 6:7-9), Dios nos ha delegado a nosotros esa responsabilidad y privilegio, antes bien las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos… y las repetirás a tus hijos… estando en casa.   Esta generación que estaba escuchando a Moisés,  no habían sido testigos de los milagros del éxodo pero sí, de lo sucedido en el desierto y ellos debían compartir esa experiencia a sus hijos; “Y estas palabras que yo te mandó hoy, estarán sobre tu corazón[7] la fe espiritual debe ser compartida por los padres.  Fue el caso de Timoteo, tanto su abuela como su madre hicieron esa labor con éxito “pues me viene a la memoria la fe sincera que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que habita en ti también.[8] , la misma situación con Moisés “Por la fe, cuando Moisés nació, sus padres lo escondieron durante tres meses, pues al ver que era un niño muy hermoso no tuvieron miedo del decreto del rey. Por la fe, cuando Moisés ya era adulto, rehusó llamarse hijo de la hija del faraón, y prefirió ser maltratado junto con el pueblo de Dios, antes que gozar de los deleites temporales del pecado, pues consideró que sufrir el oprobio de Cristo era una riqueza mayor que los tesoros de los egipcios. Y es que su mirada estaba fija en la recompensa.  Por la fe salió de Egipto, sin temor a la ira del rey, y se mantuvo firme, como si estuviera viendo al Invisible”.[9]  El hogar es el laboratorio donde se practica lo aprendido y donde la vida se decide. En casa no necesitamos llevar un vestido especial para demostrar que somos cristianos o no. El cristianismo no es una religión dominguera,  debe ser un estilo de vida diario.

Segundo, oyendo la verdad continuamente (Deut. 6:4). Oye, Israel, Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”. Esta es una confesión de fe judía que es recitada dos veces diariamente.  Es confesar y afirmar que no hay nadie como Él su voluntad es perfecta y nada escapa de Su mano,  tiene todo bajo control.  Nuestros hijos viven en un contexto muy diferente al nuestro.  Ellos tienen amigos y compañeros de escuela donde sus conceptos religiosos no son iguales al nuestro.  Dios hoy nos hace un llamado a los padres cristianos para que tomemos decisiones firmes y radicales.
  • Nuestros hijos deben saber que adoramos y servimos al Dios único.
  • Ellos se encontrarán con amigos con un trasfondo religioso diferente. Proverbios  dice, “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre”.[10]
  • Somos una generación que no le gusta escuchar el consejo,  “Sí, ya lo sé”, responde el hijo cuando mamá o papá tratan de decirle algo para su bien.

Tercero, amando al Señor  Y amarás….de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.”[11]  En esta expresión de compromiso de amar fervientemente al Señor, el hombre se ve involucrado en todas las áreas de su vida. 
  • Corazón, como el órgano más interno de nuestra vida y el centro de nuestros sentimientos.  Amar dándole lo mejor a nuestro Dios. 
  • Alma, centro de la personalidad del hombre.  Es nuestra conciencia de tal manera que debe ser un amor pensado y consciente. 
  • Con todas nuestras fuerzas,  con alma y cuerpo.  No a medias.
En Mateo 22:37-38, Jesús mismo afirma que este es el primero y grande mandamiento.  Estas ordenanzas deben estar bien guardadas en nuestro corazón.  De nada sirve tener mucha Biblia si la tenemos solo en la memoria y no en el corazón. Y estas palabras…. estarán sobre tu corazón ¿Qué palabras?  las palabras que aparecen en el v. 5, amarle a Él.

Cuarto,   Enseñar a temer a Dios; dice en Deuteronomio “Al Señor tu Dios temerás, y sólo a él servirás, y por su nombre jurarás.  No se irán ustedes tras dioses ajenos, tras los dioses de los pueblos que están en sus contornos, porque el Señor tu Dios está en medio de ti, y es un Dios celoso. No sea que el furor del Señor tu Dios se encienda contra ti, y te borre de esta tierra”.[12] Cuando hablamos de temer, nos referimos al respeto, reverencia y servicio que nuestro Dios demanda.  El principio de la sabiduría es el temor a Jehová. Sabiduría es cuando somos competentes y observamos los principios de nuestro Dios en nuestro andar diario.

Tenemos un Dios digno de nuestra reverencia y amor

Los israelitas, al pensar en el amor de Dios para Israel, recordaron la acción de Jehovah en el éxodo. Las leyes de Jehovah debían ser obedecidas. Hoy día como cristianos tenemos la revelación en Jesucristo. El amor, manifestado en el Éxodo requería la obediencia de los judíos. Si así estaba en el corazón de ellos grabado, cuánto más hoy Dios demanda la entrega total de nosotros los cristianos, el gran amor de Dios está manifestado en el Calvario, fue su Hijo quién pagó nuestra deuda, quién tomo nuestro lugar y se hizo sacrificio por nosotros sufriendo así la muerte y muerte de cruz (Fil. 2:8). Estamos conscientes que es todo un reto. Pero vale la pena invertir tiempo con nuestros hijos en la enseñanza bíblica, hacia ese amor inmensurable de Jesucristo en la Cruz.  Es el mejor papel que debemos desempeñar. Eso hará una familia sólida en medio de una sociedad que se está desmoronando y descomponiendo cada vez más. A nuestros hijos los rodea un mundo en corrupción, cuidemos que no sean alcanzados e influenciados. Inculquemos a ellos todo lo que encierra el carácter personal de Dios y ellos le amarán con todo su corazón, con toda su alma y con toda su fuerza, esta es la meta.


1 Deuteronomio 6:4-6 
2 Shemá en propiamente dicho : “Shemá Israel, IHVH Eloeinu  (Adonai Elohenu), IHVH Ejad (Adonai Ejad)”, 'Escucha Israel, Adonai es nuestro Señor, Adonai es Uno'. En idioma hebreo; שְׁמַע יִשְׂרָאֵל יְהוָה אֱלֹהֵינוּ יְהוָה אֶחָד çç  
3 Baal era el nombre de un imaginario dios adorado en el antiguo Canaán y en las región de Fenicia. La práctica de la adoración de Baal se infiltró en la vida religiosa judía durante la época de los jueces (Jueces 3:7), se expandió en Israel durante el reinado de Acab (1 Reyes 16:31-33) y también afectó a Judá (2 Crónicas 28: 1-2). La palabra baal significa "señor"; el plural es baales. (Informacion en:  Got Questions https://www.gotquestions.org/Espanol/quien-baal.html nnn
4 Isaías 45:18b. 
5 Juan 3:18 
6 Proverbios 22:6 
7 Deuteronomio 6:7 
8 2Timoteo 1:5 
9 Hebreos 11:23-27 
10 Proverbios 1:8 
11 Deuteronomio 6:5-6
12 Deuteronomio 6:13-15







EL EVANGELIO EN EL CORAZÓN DEL PADRE


 Si tu cristianismo no sirve en casa, no lo exportes, no servirá en ninguna parte.  No hay hogares perfectos, pero si hay hogares modelos.  En los hogares modelos, hay conflictos, desavenencias, inconvenientes; pero en tal hogar hay soluciones, quebrantamiento, reconocimiento y perdón, porque tal hogar está dirigido por un hombre que ha decidido seguir al Salvador.   Mucho del éxito del  cristiano como padre de familia en su relación con el Evangelio de Jesús depende de su trato familiar. Hay suficiente autoridad en alguien que dice: En mi hogar Dios nos ayudó a solucionar nuestros conflictos. El hombre que anhela servir en la iglesia del Señor debe comenzar por alcanzar la armonía en su propio hogar. La armonía familiar incluye, entre otras cosas, buenas relaciones con su cónyuge, disposición y dependencia de Dios para solucionar los conflictos que surgen en el matrimonio, buenas relaciones con sus hijos de todas las edades, aplicación de la disciplina y participación en la enseñanza de sus hijos.  Estudiemos con detenimiento lo que se considera el perfil de un varón de Dios y su hogar.

El esposo que es un Buen Siervo Ama a su Esposa.     En Efesios 5:25-33, Dios ordenó a los maridos que amaran a sus esposas, y el patrón para ese amor fue dado por el mismo Jesucristo “Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,  para santificarla. Él la purificó en el lavamiento del agua por la palabra,  a fin de presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, santa e intachable, sin mancha ni arruga ni nada semejante.  Así también los esposos deben amar a sus esposas como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa, se ama a sí mismo.  Nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, como lo hace Cristo con la iglesia,  porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.  Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán un solo ser. Grande es este misterio; pero yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.  Por lo demás, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo; y ustedes, las esposas, honren a sus esposos”. Hemos de amar como Cristo amó a la iglesia. Ahora pregunto ¿Cómo amó Cristo a la iglesia? ¿Qué hizo Jesús  para demostrar su amor?  Cristo no fue posesivo ni aprensivo, El no fue egoísta y mucho menos arbitrario para demostrar su amor para con su esposa, la iglesia, Cristo amo a la iglesia de forma sacrificial. ¿es ese el amor que usted tiene por su esposa?

El esposo observa con responsabilidad el lugar que Dios le ha asignado en el hogar. “El marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador” (Efesios 5:23). Cuando el Espíritu Santo inspira a Pablo a confrontar a los varones con su responsabilidad, le provee de un modelo a seguir: así como Cristo.  Si quisiéramos tener un manual del comportamiento para el jefe del hogar, tendríamos que observar la vida de Cristo en relación con su esposa, la iglesia. No será difícil descubrir las características del esposo de la iglesia, Cristo.
1.     Ama tanto a su esposa que da su vida por ella. (Efesios 5:25).[1]
2.     Siempre está a su lado (Mateo 28:20).[2]
3.     Provee para sus necesidades (Mateo 6:25-34).[3]
4.     Le perdona sus errores y le ayuda a superarse (1 Juan 1:9).[4]

El esposo tiene disposición para la solución de los conflictos. En Romanos 5:8 la Biblia nos dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores. Cristo murió por nosotros.”
Está comprobado que el hombre opone mayor resistencia a la búsqueda de soluciones en los conflictos matrimoniales.  La tendencia, con raras excepciones, es tratar toda la vida de cambiar a la persona amada. Parece que su lema es: No te acepto como tú eres, te amaré si cambias. Amor con condiciones no es amor. ¿Qué hubiera pasado con nosotros si Dios esperara un cambio en nuestra vida antes de ofrecernos su amor y misericordia?
¿Cómo puede el varón cristiano demostrar su disposición para la solución de los conflictos que surgen en el matrimonio?
Atacando el problema no a su esposa. Alguien dijo acertadamente: Un problema bien planteado está resuelto en un 50 por ciento.  Perdonando, no juzgando. Todos cometemos errores, si una falla es el origen del conflicto el Señor nos dice: “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial  (Mateo 6:14).   Reconociendo sus propias faltas. Cuando hablo de las faltas de otros, declaro la guerra. Cuando confieso mis faltas, hago la paz.  Buscando la solución más adecuada. En
Efesios 4:31, 32 dice la Palabra: “Quítense de vosotros toda amargura. enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”
La Biblia nunca nos ha dicho que no tendremos problemas, pero nos exhorta diciendo: “No se ponga el sol sobre vuestro enojo    (Efesios 4:26).

El Esposo que es un Buen Padre.     Cuando Pablo escribió a Timoteo para hablarle de las características que debían reunir los servidores de Cristo le dijo. entre otras cosas: Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?) (Timoteo 3:4, 5). Un buen padre según Efesios 6:4[5]  cumple dos aspectos importantes de su responsabilidad: 
1)    Físicas o materiales: Provisión de ropa, alimentos, útiles necesarios en la educación. Comprensión de las diferentes etapas del desarrollo físico de sus hijos. De esa manera procura actuar comprensivamente. Y apoyo en la búsqueda de una vocación. El padre prudente no impone su voluntad en relación con la carrera que sus hijos eligen. Procura tener información suficiente en relación con las inclinaciones vocacionales de ellos. Los anima a alcanzar el triunfo en el nombre del Señor.
2)    Espirituales:    El otro grupo de necesidades que enfrentan los hijos tiene que ver con su relación con Dios. En cuanto a lo espiritual, el laico responsable cumple la función de un sacerdote. En el Antiguo Testamento la responsabilidad de un sacerdote observaba dos aspectos muy importantes:  El cuidado de su propia comunión con Dios y servir de puente para que las personas bajo su cuidado espiritual pudieran tener una comunión adecuada con el Padre celestial.   La otra parte de su sacerdocio consiste en guiar a su familia en los caminos del Señor.


Rev. Eduardo Torres Martínez



[1] Efesios 5:25  “Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,”

[2] Mateo 28:20  “Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”  

[3] Mateo 6:25-34  -  “Por lo tanto les digo: No se preocupen por su vida, ni por qué comerán o qué beberán; ni con qué cubrirán su cuerpo. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?  Miren las aves del cielo, que no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros, y el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes mucho más que ellas?  ¿Y quién de ustedes, por mucho que lo intente, puede añadir medio metro a su estatura?  ¿Y por qué se preocupan por el vestido? Observen cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan,  y aun así ni el mismo Salomón, con toda su gloria, se vistió como uno de ellos.  Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se echa en el horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?  Por lo tanto, no se preocupen ni se pregunten “¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?”  Porque la gente anda tras todo esto, pero su Padre celestial sabe que ustedes tienen necesidad de todas estas cosas.  Por lo tanto, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.  Así que, no se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. ¡Ya bastante tiene cada día con su propio mal! .”

[4] 1Juan 1:9  “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad”

[5] Efesios 6:4  “Ustedes, los padres, no exasperen a sus hijos,(A) sino edúquenlos en la disciplina y la instrucción del Señor.”








UN PADRE DE FAMILIA LLAMADO POR DIOS
BAJO PROMESA DIVINA
Génesis 11:26- 12:3


https://3.bp.blogspot.com/-yUpVETOf25w/Vg_GteO77BI/AAAAAAAAevg/NPjLUQfFD5A/s1600/20140409.jpgPara entender bien la promesa que Dios le hizo a Abram de ser el padre de muchas generaciones, siendo el un viejo de  años y su esposa estéril y vieja también para poder tener hijos, hay que comenzar a leer antes de Génesis 12, donde por lo general acostumbramos a marcar el punto de partida en la vida de Abram.  Lo que pasa en el capítulo 12 no es más que un recordatorio de una promesa que Dios estableció con él tiempo atrás.  Una promesa de Dios, siempre establece una condición o condiciones que el receptor (Abram) debe cumplir para que dadas las estipulaciones, Dios responda, eso se llama obediencia, cosa que Abram no hizo y esto derivó en problemas para Abram. En base a esta lectura y otros pasajes más adelante tenemos a una familia cuya fe condicionada pasó por pruebas para poder ser genuina. 

ABRAM Y SARA, UNA FAMILIA LLAMADA POR DIOS AL MINISTERIO

Abram no Entendió el llamado de Dios   (11:31).  Dios le recuerda lo que antes le ordenó: “Pero Jehová Dios había dicho a Abram: Vete de tu tierra, y de tu parentela, y de la casa de tu padre”.  En este versículo lo que se está recordando es el llamado, no cumplido correctamente por Abram.  Pero.....  El llamado que Dios hizo, fue que Abram saliera de la casa de su padre y no con parientes, pero Taré, su padre, comandó la salida a Canaan, cuando el llamado era para Abram, no para él (11:31).  No obstante, Dios sostiene el llamado a los hombres, mujeres y familias con el prepósito de dirigirlos a donde él los necesita,  Dios sostiene también las promesas, pero tendrá que probar la fe. (Leer: 12:1-3) Pero el Señor le había dicho a Abrán:  «Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Yo haré de ti una nación grande. Te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré a los que te maldigan; y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.»    Concluyo este párrafo, de que Abram padre llamado por Dios al ministerio no entendió el llamado del Señor.

Abram condicionó el llamado de Dios (12:4).  La Pal. de Dios dice que Taré, el papá de Abram, tenía 70 años cuando engendró a Abram y que murió a los 205 años, quiere decir que Abram obedece el mandato de dejar a su padre cuando este tenía 145 años.  Pero por fin lo hizo, es probable que Abram analizó su situación y decidió no salir en el momento exacto cuando Dios se lo ordenó porque:  Dependía de su Padre (... y dejará padre y madre y se unirá a su mujer... Gen. 2:24):   Moral, Económicamente, Espiritualmente (Taré era idólatra), Socialmente.
Tal vez: habían negocios que quería cerrar, Estudios sin concluir, o cualquier otra traba. Lo que si se puede comprobar por las Escrituras es que Abram Condicionó el llamado de Dios y no salió a Canaan cuando el Señor le ordenó.  Hay familias llamadas a desempeñar un ministerio, en su iglesia, en su barrio, en la universidad, en el campo misionero, en otro país, talvez a tiempo parcial o total, quizás sea sólo una participación de tal familia en un programa misionero u otro.  Pero por otros intereses o por temor al fracaso económico, o profesional o social no atiende tal llamado o ponen condiciones a Dios...   Entonces, Abram padre llamado por Dios al ministerio que no entendió el llamado del Señor, y que además puso condiciones.

No obstante ante de morir su padre, Abram obedece a medias el llamado de Dios (12:4b).    Dice la Palabra que ¡por fin! Abram salió a tierra de Canaan, sin embargo hay otro PERO:  “Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot  fue con él” -Vete de tu tierra y de tu parentela -   Ciertamente Lot era el hijo de su hermano Harán (muerto), Quizás no lo quería desamparar, probablemente era muy joven (pero él tenía otro tío que era Nacor).
Abram al llegar a Canaan edifica un altar, lo cual es un acto de devoción al Dios verdadero, al único; por ese altar y con su actitud, él hizo su profesión de fe pública, estableció el culto verdadero a Dios (familiar). y declaró su fe en la promesa; Ese es el deber de toda familia cristiana, hacer de su hogar un altar:  donde públicamente confiesen su fe a la comunidad que les rodea,  donde rindan culto al Dios vivo, donde la familia exprese su confianza en las promesas de Dios. (es el hogar paterno el lugar donde las familias pasan la mayor parte de sus vidas juntos).
Pero la confianza de Abram hacia Dios todavía debía ser probada y sucedió que la necesidad, la escasez, el hambre llegó a Canaan y Abram no tuvo confianza en ese Poderoso Dios que trataba con el, para enfrentar allí aquello.  Y se fue Egipto, el capítulo 12:10-20. Dice:  Sucedió que hubo hambre en la tierra, y Abrán descendió a Egipto para vivir allá, pues arreció el hambre en la tierra.  Cuando ya estaba él por entrar en Egipto, le dijo a Saraí, su mujer:  «Mira, yo sé bien que eres una mujer de hermoso aspecto,  así que, cuando los egipcios te vean, dirán: “Ésta es su mujer.” Entonces me matarán a mí, y a ti te dejarán con vida.  Por favor, di que eres mi hermana, para que por ti me vaya bien a mí, y por ti también quede yo con vida.»  Y así sucedió. Cuando Abrán entró en Egipto, los egipcios vieron que su mujer era muy hermosa.  También la vieron los príncipes del faraón, y la alabaron ante él, así que la mujer fue llevada a la casa del faraón,  quien por causa de ella trató bien a Abrán, pues le dio ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas, asnas y camellos.  Pero el Señor hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas, también por causa de Saraí, la mujer de Abrán.  Entonces el faraón llamó a Abrán y le dijo:  «¿Qué es lo que me has hecho? ¿Por qué no me aclaraste que ella era tu mujer?  ¿Por qué dijiste: “Es mi hermana”? ¡Pude haberla tomado como mi mujer! Así que aquí está tu mujer; tómala, y vete de aquí.»  Entonces Faraón dio órdenes a su gente acerca de Abrán, y ellos lo echaron de allí junto con su mujer y con todo lo que él tenía”.
  Allí mintió,  allí casi permite que su esposa fuese tomada como mujer por Faraón, Abram perjudicó así su matrimonio, a su esposa, a Faraón y al pueblo de Egipto.  Claro está, cuando una familia cristiana pierde su devoción con Dios, el pecado comienza a invadir el hogar.
No obstante Abram recuperó su comunión con Dios, él y su mujer reanimaron su fe y su piedad y levanta de nuevo el altar;  mas que un altar para un culto fue: Para rogar el perdón de Dios por su mal comportamiento en Egipto; También por gratitud de haberlo librado del peligro;  además para aprovechar y llevar a su familia a renovar el pacto con Dios y ofrecer sacrificios para ser aceptos por Dios y no perder las bendiciones.  
Pero las bendiciones de Dios para Abram no podían ser hasta que Lot y su familia se separaran de él. (...y de tu parentela), leamos el capítulo 13:14… “Después de que Lot se apartó de Abrán, el Señor le dijo a Abrán:   «Levanta ahora tus ojos, y desde el lugar donde estás mira hacia el norte y hacia el sur, hacia el oriente y el occidente.  Toda la tierra que ves, te la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Yo haré que tu descendencia sea como el polvo de la tierra. Si hay quien pueda contar el polvo de la tierra, entonces también tu descendencia podrá ser contada. Levántate, recorre la tierra a todo lo largo y lo ancho de ella, porque a ti te la daré.»  “Entonces Abrán levantó de allí su tienda y se fue a acampar en el encinar de Mamre, que está en Hebrón. Allí edificó un altar al Señor”.   Abram edificó otro altar, en Mamre porque Dios renovó su promesa, hizo votos a Dios en gratitud.   Cada Altar edificado por Abram es el recordatorio de que detenía la mano de Dios en su favor, y también nos muestra que la confianza de Abram en Dios era relativa.  Así pasa con las familias de hoy: En un momento estamos efervescentes con Dios;  Luego nos desinflamos.  Y edificamos un altar familiar por nuestra falta....
Así que, Abram, padre llamado por Dios al ministerio que no entendió el llamado del Señor, y que además puso condiciones; no obstante ante de morir su padre, Abram obedece a medias al llamado de Dios, pero al final.

ABRAM DECIDEN DAR TODO POR EL SEÑOR  ( 16:3).   Amen de la falta de moral que Sarai y él tuvieron para con Dios, al dudar que Dios les daría una gran descendencia; y  Sarai consintió que una esclava tuviera para Abram esa descendencia de nuevo le fallan a Dios.    Pero, al no estar Lot, ya cuando ellos estaban listos, Dios envió su promesa (17:3-5)  Abram se postró entonces sobre su rostro, y Dios habló con él. Le dijo:  «Éste es el pacto que hago contigo: Tú serás el padre de muchísima gente.  Tu nombre ya no será Abram, sino que ahora te llamarás Abrahán, porque te he puesto como padre de muchísima gente”,  Dios le ratifica su promesa y le aclara que tal hijo lo tendría con Sara, que no era de la esclava Agar.  
Y conocemos el final feliz de esta historia, Isaac el hijo de la promesa nació, Jehová lo reclamó en sacrificio para Él y Abram, con una tremenda convicción de que Dios le libraría de tal prueba, sacrificar a su propio hijo, lo llevó al MORIAH para dárselo a Dios.
Abraham humillado y reconociendo la grandeza e inmutabilidad de Dios recibió por su inmensa fe que le ayudaría a continuar en una tarea tan difícil como es la de servir a Dios.
Abram y Sara, una familia llamada por Dios al ministerio que no entendieron el llamado del Señor, y que además pusieron sus condiciones, no obstante ante de morir su padre, Abram y Sara  obedecieron a medias al llamado de Dios y deciden dar todo por el Señor.


Rev. Eduardo Torres Martínez








EL SACERDOCIO DE LA FAMILIA
Rev. Eduardo Torres

El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, 
ha negado la fe y es peor que un incrédulo.
(1Timoteo 5:8)


INTRODUCCIÓN: En el A.T. existía un sacerdocio de orden levítico con el pacto de Dios e Israel, leyes, ritos, sacrificios etc.;  eran los descendientes de la tribu de Leví los encargados de ejercer este sacerdocio intercediendo por el pueblo delante de Dios; este sacerdocio quedó anulado con la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, pues la Biblia dice que Cristo es nuestro Sumo Sacerdote (Heb. 3:1),  quiere decir que nosotros ya no estamos en el sacerdocio levítico sino en uno nuevo, uno eterno, del orden de Melquisedec (Heb. 6:20), y cada uno de nosotros hemos sido llamados a ejercerlo (hombres y mujeres, Apoc. 1:6), y debemos de empezar ejerciéndolo en nuestra familia, intercediendo y cubriendo a los nuestros.

Jesús nos ha dejado a los padres y madres de familia, la responsabilidad de ejercer el cuidado integral de nuestros hijos.  Este cuidado obedece a las áreas: espiritual, física y psíquica.  (Espíritu, alma y cuerpo).  A esta responsabilidad la deseo denominar “El Sacerdocio en el Hogar.  ¿Por qué sacerdocio?.  En el arameo, las escrituras dicen “y nos ha hecho un reino sacerdotal  Dice 1Ped.2:5, 9a: “vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo,… Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, ”.  Apoc. 5:10a “y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes” y no solo somos sacerdotes en el día de hoy, sino que lo seremos por la eternidad Apoc. 20:6 “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.”

Así, que este oficio es ahora, no solo para un sector del pueblo de Dios, es para todos los que se han acercado a la cruz y tienen vida eterna.  La palabra sacerdote  quiere decir “Persona dedicada y consagrada a hacer, celebrar y ofrecer sacrificios”. No tiene que ver, bíblicamente con un orden jerárquico o un oficio exclusivo para una religión, denominación religiosa, o con una secta.

Al trasladarnos a la época del Antiguo Testamento, encontramos actividades que eran exclusivas a los sacerdotes levitas, estos eran los únicos que podían ministrar dichas actividades.  Estaremos hoy trasladando algunas de esas actividades a la época actual, donde el Antiguo Testamento se interpreta a la luz del Nuevo Testamento.

Es muy importante que ejerzamos el sacerdocio en nuestro hogar, pues al no hacerlo lo tenemos en desorden y corremos el riesgo de perder este privilegio como sucedió con el pueblo de Israel; es por eso que debemos rogarle a Dios que nos ayude a ejercer el sacerdocio como a El le agrada.  Veamos algunas funciones que ejercía el sacerdote en el A.T., que ahora son sombra de lo que debemos hacer (Heb. 10:1):

COMO SACERDOTES DE NUESTROS HOGARES DEBEMOS:
  • ENSEÑAR LA PALABRA DE DIOS, Deut. 6:7; Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. (Deut. 11:19; Jos. 1:18; Mat.. 28:19­-20): 
    • Los padres (padre y madre) tienen la inmensa responsabilidad ante Dios de cultivar en el corazón y la mente de su familia la bendita Palabra de Dios, para edificarlos (Efe. 2:20).  
    • Deben ir con sus hijos a la iglesia, para que cultiven el buen hábito de congregarse y que sientan que lo hacen como un gran deseo. 
    • Deben apoyar y realizar de ser posible, el discipulado de su familia en el calor del hogar (grupo pequeño).
    • Deben prepararlos para el servicio de su comunidad, animándolos a desarrollar siempre ese instinto de socorrer al prójimo en su necesidad, impulsando así la misericordia de Dios.
    • Hay ejemplos de personajes bíblicos que así lo hicieron: Noe (Gen. 6:18; 7:5,7); David Con Salomón; Loida y Eunice con Timoteo y luego el mismo Pablo, que lo consideró un hijo espiritual nacido en sus prisiones.
  • PROTEGER DEL PECADO A LA FAMILIA, Prov. 27:23:  Asegúrate de saber cómo están tus rebaños; cuida mucho de tus ovejas;  (Gál. 5:25; Rom. 8:1­2): 
    • Una delicada tarea de los padres en el hogar, es el de proteger a la familia de caer en pecado.  Esta tarea está muy vinculada a la responsabilidad del sacerdocio de los padres.  Para esto hay que:  
      • desarrollar el discernimiento como don de Dios, y así reconocer el pecado cuando se mueve todavía como tentación (1 Cor. 2:14; Heb. 5:14).
      • También es importante reconocer el pecado cuando ya ha entrado en la familia y tratarlo con discreción, sensatez y cordura, aplicando un juicio sano para no herir más a la persona.
      • Los padres deben vincularse a la vida de los hijos para saber quienes son sus amigos, que ven en la TV y en Internet, interesarse en la recreación de sus hijos, involucrarse en sus conversaciones abordando los temas que a ellos les interesa.
    • Peligroso es no hacer estas cosas, recordemos que David ignoró a sus hijos, los puso de un lado por darle prioridad a su reinado y la sangre corrió en su hogar, donde Ammón, uno de sus hijos, fue asesinado por su hermano Absalón, porque aquel había violado a su propia hermana. Descuidar a la familia es descuidarse a sí mismo, pues uno se desmiembra y puede caer en excesos (pecados) por otra parte, a David le pasó.
  • CUIDAR LA SALUD DE LA FAMILIA, Lev. 13:6:
    • Debemos seguir de cerca el proceso de salud de nuestra familia, recordemos que la Palabra contiene promesas maravillosas en cuanto a esto.   
    • Siempre, cualquier persona esta expuesta a las enfermedades.   
    • Alguna tiene un proceso natural (Mar. 5:28­-29), por un organismo debilitado, por las deficientes comidas o abuso de ellas, por causa del deterioro del medio ambiente: gripe, infecciones respiratorias, o de la piel, cáncer, etc… tal vez hay una larga lista de ellas.  Pero... 
    • otras provienen por causa de pecar. (Prov. 14:30) -El corazón tranquilo da vida al cuerpo, pero la envidia corroe los huesos. - 
      • La salud física depende muchas veces del equilibrio mental y emocional. Por ejemplo, los estudios han confirmado los efectos nocivos de la ira. En su libro Anger Kills (La ira mata), el doctor Redford Williams, director de Investigaciones sobre el Comportamiento en el Centro Médico de la Universidad de Duke, y su esposa, Virginia Williams, dicen que “la mayoría de las pruebas disponibles indican que las personas hostiles son más propensas a padecer enfermedades cardiovasculares (y de otro tipo) por varias razones, tales como un menor apoyo social, un aumento en las reacciones biológicas ocasionado por la furia y una mayor participación en conductas perjudiciales para la salud”.  
      • La médica moderna sabe desde hace mucho que la ira desenfrenada tiene un efecto perjudicial en el cuerpo humano. Hace más de cien años, The Journal of the American Medical Association (JAMA) (Revista de la Asociación Médica Americana) dijo: “Un hombre muere durante un arranque de ira, y se dice que, quizá, tenía el corazón débil, y que este no pudo soportar la tensión impuesta por su estado mental. Nadie parece pensar que esto no es más que la culminación de una larga serie de tales arranques de cólera, los cuales fueron precisamente los que debilitaron su corazón”. 
      • Según The New York Times, el doctor Murray Mittleman mencionó la posibilidad de que corran menos riesgo de infarto las personas que tratan de permanecer calmadas en momentos de tensión emocional. “La reducción del cinco por ciento que descubrimos en la capacidad cardíaca [para bombear sangre] de los pacientes durante momentos de ira es significativa, aunque sea leve —dijo la Dra. Gail Ironson, que dirigió la investigación—. Los pacientes señalaron que cuando narraron los incidentes, no estaban ni la mitad de lo furiosos que estaban cuando en realidad ocurrieron. Es probable que la capacidad de su corazón para bombear sangre se viera mucho más reducida durante un verdadero estallido de cólera.”   
      • ¿Saben lo que se escribió en la Biblia hace 3.000 años?: “Un corazón calmado es la vida del organismo de carne, pero los celos son podredumbre a los huesos.” (Proverbios 14:30) 
      • Numerosos estudios médicos revelan que la ira y la hostilidad pueden provocar apoplejías e infartos. Cierto diario médico, hablando sobre las personas con enfermedades cardíacas, dijo hace poco que los estallidos de cólera descontrolados son como un veneno, y que “cuanto más se enfada uno, más se enferma”. Quienes, por el contrario, se esfuerzan por ser pacíficos, desarrollan “un corazón calmado” y a la larga se benefician.  
      • Eso es lo que produce la ira. Pero y si a la ira le sumamos los celos, el odio, el rencor, la venganza, la soberbia, el miedo, el estrés, la ansiedad, la tensión, la envidia, etc., etc….entonces estamos moribundos, algunos desde que nacen por la tensión que han sufrido durante nueve meses por el nefasto ambiente en el que se han desarrollado en el vientre de su madre debido a las tensiones que a lo mejor está sufriendo esa futura madre en su propio hogar.  
      • No podemos desligar la vida moral y espiritual de la física. Eso es un error (como prueba lea el artícuo: Psicología: Trastornos psicosomáticos con componente psicológico). Todos los más grandes pensadores y naturistas reconocen que para tener salud se necesita ser una persona amable, perdonadora, bondadosa, equilibrada, positiva, generosa, humilde, sincera, modesta, pacífica, agradecida, etc., etc. [O sea que tenga el fruto del Espíritu Santo en Gálatas 5:22-23].  sin paz mental y espiritual no hay salud.*    
      • La promiscuidad sexual (SIDA), el uso de las drogas, etc… y hay otra larga lista.  Sea como fuere, nuestro deber es estar vigilante a la salud física y psíquica de la familia, recordemos que toda la obra que Dios esta haciendo en nosotros es integral, espíritu, alma y cuerpo, y El quiere concluirla con éxito por amor a nosotros  El que empezó la buena obra la terminara...” (Fil. 1:6).
  • ORAR POR NUESTRA FAMILIA, Exo. 32:11­12Moisés intentó apaciguar al Señor su Dios, y le suplicó:    —Señor, ¿por qué ha de encenderse tu ira contra este pueblo tuyo, que sacaste de Egipto con gran poder y con mano poderosa?12 ¿Por qué dar pie a que los egipcios digan que nos sacaste de su país con la intención de matarnos en las montañas y borrarnos de la faz de la tierra? ¡Calma ya tu enojo! ¡Aplácate y no traigas sobre tu pueblo esa desgracia!”; Efe. 6:18Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alerta perseveren en oración por todos los santos.”; (Heb. 7:25)   
    • La oración es de vital importancia para el éxito de la vida familiar.  Recordemos que cada integrante de la familia tiene anhelos diferentes y planes distintos a los de los demás. Como padres y madres debemos preocuparnos por esos intereses y solicitar de Dios, no solo su protección para nuestros hijos, sino también: 
    • Que el Espíritu Santo les guíe a tomar las decisiones correctas en la vida. 
    • Hay que gemir cada día por ellos, cuidarlos en su dolor por medio de la intercesión, hay que bendecirlos día tras día y sobre todo estorbar el pecado, no solo en el área de la protección, también en la oración. 
    • Cerremos las brechas que puede usar el enemigo para atacar a nuestros hijos.  Tenemos como sacerdotes de nuestra familia poder para reprender el mal que Satanás quiera hacernos.
    • Incluyamos cada semana, por lo menos una ves a nuestros hijos en un ambiente de oración para que ellos se sientan protegidos, no sólo a los pequeños, a todos, grandes y pequeños, vivan con nosotros o no.
  • EVANGELIZAR A NUESTRA FAMILIA, Exo. 29:15­16Tomarás luego uno de los carneros para que Aarón y sus hijos le pongan las manos sobre la cabeza; lo sacrificarás, y con la sangre rociarás el altar y sus cuatro costados.”; Lev. 8:14­-15; 1Ped.1:1-2 “Pedro, apóstol de Jesucristo,  a los elegidos, extranjeros dispersos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, según la previsión de Dios el Padre, mediante la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser redimidos por su sangre”: 2Tim.1:5Traigo a la memoria tu fe sincera, la cual animó primero a tu abuela Loida y a tu madre Eunice, y ahora te anima a ti. De eso estoy convencido”.   
    • Cuando hablamos de este tema nos parece un poco extraño.  Hay cristianos que se han sorprendido de acciones que miembros de su familia, que por varias generaciones han profesado la fe en Cristo, han tomado.  ¿Qué ha sucedido aquí? Muy simple, muchos cristianos en el mundo entero y por largo tiempo han asistido a las congregaciones cristianas, y se han involucrado desde pequeños en la actividad de su iglesia, y sus padres se sienten satisfechos por eso, pero no se dan cuenta que tal vez sus hijos, sus parientes, o ellos mismos nunca se entregaron a Jesús, no lo reconocieron o hicieron su Salvador.  ¡Cuidado! Hay un gran peligro en todo esto y  
    • Dios nos llamará a los padres, tarde o temprano, a rendirle cuenta por nuestra familia.  Por eso confrontemos a nuestros hijos con Cristo,
    • Oremos para que el Espíritu Santo convenza de pecado a aquellos de la familia que todavía no son de Cristo, para que la sangre de Jesús los cubra a ellos también , (1Ped.1:2); al hacerlo estamos protegiéndolos de potestades, demonios, espíritus inmundos, maldiciones, hechicerías, etc. como sucedió con Israel antes de salir de Egipto, cuando protegieron sus casas con la sangre del sacrificio que rociaron sobre los dinteles de la puerta (Exo. 12:7,12­-13).  El rociamiento de la sangre es un acto espiritual que debemos practicar en nuestro hogar, porque nos protege a nivel del espíritu, alma y cuerpo.

CONCLUSIÓN: La tarea de ejercer el sacerdocio es muy importante ya que algunos padres por no hacerlo en sus familias, sus hijos se desvían e incluso algunos se pierden; Hagamos como los héroes de la Biblia, como Noé que ejercieron el sacerdocio sobre su familia y estos fueron salvos del juicio que vino sobre la tierra (Gen. 7:12­-13,23).   Esta tarea es difícil, pero no hemos sido llamados a cumplirla por nuestras fuerzas, sino  con la unción del Espíritu Santo, porque somos un reino y sacerdotes para Dios (Apoc. 1:6),  por lo que tenemos la promesa de parte de Dios para poder hacerlo, y tenemos la sangre de Cristo que nos hace aptos para esta obra tan importante y hermosa (Heb. 13:20-­21).





* Todas las anteriores en cursiva debajo de “Otras provienen por causa de pecar” y antes de: “La promiscuidad sexual…” es del Website: SaludBio Educación para la Salud - http://saludbio.com/articulo/%C2%BFpuede-ser-el-pecado-la-causa-de-las-enfermedades.