Cielo nuevo y nueva Tierra
Apocalipsis 21:1-8
Amados hermanos y hermanas en Cristo Jesús, hoy quiero compartir contigo este tiempo de devoción con un pasaje precioso, uno de los más esperanzadores que puedan haber, Apocalipsis 21:1-8. Desde el primer versículo hasta el séptimo encierra una espectacular promesa del SEÑOR Jesús para los que su Espíritu Santo dio fe y así creyéramos en Él. Te invito a leerlo, ahora o después que leas lo siguiente porque, en esa porción, mi querido hermano y mi querida hermana en Cristo estamos presentes tu y yo —- (si quieres léelo ahora Apoc. 21:1-8 o después) —-Tu y yo somos los herederos, tu y yo conocemos muchos herederos de ese Grande, Misericordioso y Justo Dios. Tu y yo y muchos otros que están a nuestro alrededor hemos vencido; Viviremos en la ciudad Santa, experimentaremos la recreación del universo y de la Tierra, de lo que dice versículo uno de ese capítulo precioso de Apocalipsis. Tu y yo y una gran muchedumbre somos la esposa vestida, ataviada para la boda y preciosa para el Novio, tu y yo moraremos con Él por la eternidad. No tendremos sed más nunca, Jesús nos dará a beber directamente de la Fuente del agua de la vida. No lloraremos más, tampoco nos alcanzará la muerte, ni habrá que orar ni clamar más, nunca jamás nos alcanzará dolor de ningún tipo. El que Es y será por siempre, nos da Su palabra y Su palabra es fiel, y Su palabra es verdadera. ¡Hemos vencido! ¡heredaremos esas cosas! Tu y yo estaremos allí para disfrutar de la presencia eterna de Dios quien nos dice: “...yo seré su Dios, y él será mi hijo”. Y esos somos tu y yo.
Lo demás no lo experimentaremos nunca, lo que dice el verso 8 no es ni para ti ni para mi. Tu y yo no estamos entre esos. Pero... si alguno que conoces está entre esos, háblale y cuéntale esto, para que recapacite y se arrepienta y tu puedas decirle: “...El será tu Dios y tú serás su hijo”. Dios te bendiga.
TESTIFICANDO DE CRISTO EN CUALQUIER SITUACIÓN
Hechos 22 al 23 y Hechos 9:1-6
Hay
personas que tienen que defenderse ante una corte y no tiene un abogado
que les represente y lo hacen ellos mismo; gente como esa no tendrá
mucho éxito, algunos lo han logrado pero son muy pocos. En el caso que
comparto hoy, el hombre que tuvo que hacerlo fue Pablo, conocido en su
tiempo como Saulo de Tarso. Lo podemos leer en la Biblia en Hechos
capítulo 22 al 23. En esa porción de la Palabra hay lecciones
importantes para los cristianos hoy.
Ante
la desesperada reacción de una muchedumbre de judíos que querían matar a
Pablo (Hechos 21:26-40) y ya estando para ser encarcelado, él pide una
oportunidad para su defensa y se lo permiten. Esta es una situación muy
singular, fue una experiencia para Pablo. ¿Reaccionaremos de forma
similar en una situación menos difícil? ¿Y no estando en peligro, como
él lo estaba? Veamos lo que debemos hacer con esta experiencia:
En
primer lugar vemos que Pablo sabía del compromiso que tenía con Cristo
como su Salvador. En el corazón de Pablo estaba el mismo trono de Dios y
el SEÑOR reinando en él. Lo vemos cuando inicia su discurso
identificándose, diciendo lo que fue antes de que Jesús lo interceptara y
lo llamara a ser hijo de Dios [por adopción], contando como él
repudiaba a la iglesia del SEÑOR persiguiéndola y maltratando a los
cristianos.
Luego
hablo de su maravilloso encuentro con Jesús y relato lo que Dios le
envió a ser por Su reino, no sin antes tocar su dignidad para humillarlo
y llevarlo al punto de obedecer la preciosa voluntad del Padre de los
cielos. Y dijo Pablo “...pude ver a Ananías, (la persona que Jesús le ordenó ir a ver) y continúa diciendo “entonces
él me dijo: El Dios de nuestros antepasados te ha elegido para que
conozcas sus planes. Él quiere que veas a Jesús, quien es justo, y que
oigas su voz. Porque tú le anunciarás a todo el mundo lo que has visto y lo que has oído. Así
que, no esperes más; levántate, bautízate y pídele al Señor que perdone
tus pecados.” Esta experiencia no es la misma ni se repite, pero la
comisión si es la misma, llevar la noticia a otros que el Espíritu Santo
tocará para que sean salvos con nuestro testimonio.
Y
tercero compartió su fe. Él conocía bien su fe, estaba dispuesto a
hablar de ella aún ante el desprecio y el peligro de muerte que le
acechaba. Tenía un gran celo por Cristo quien en la cruz murió para el
perdón de sus pecados y salvarlo. Él contaba que Jesús había resucitado
para darle la garantía de que él viviría eternamente con Dios. Hoy es el
mismo mensaje y se necesita solo la valentía y un gran testimonio de
una vida, que como la de Pablo, no deja lugar a dudas de que se es un
hijo de Dios (Juan 1:11-12)
¿Es
así tu testimonio? Si lo es, continúa con Jesús y comparte tu
experiencia en Cristo. Y si no, te invito a que el SEÑOR tome el trono
de tu corazón y reine en ti para siempre. Solo así serás, como Pablo
luego de su maravillosa experiencia un hijo de Dios por adopción. Tu y
yo debemos comprender la Palabra para aumentar así nuestra pasión por
compartirla con una profunda fe para logra el bienestar del prójimo.
E.Torres M
EL DIOS CERCANO
Pastor
Eduardo Torres Martínez
El propósito de Dios es probar que
El conoce la condición de su pueblo y cuida de él. En el caso de Israel, estando cautivos y en
esclavitud en Egipto, viviendo en dura servidumbre envía a Moisés, designándolo
para dirigir al pueblo judío fuera de la esclavitud. Después de vivir en
pobreza, ellos habrían de llegar a una tierra de abundancia y de cierta
expansión (cf. Deut. 6:3). De allí que el primer movimiento de Dios hacia
Moisés es bosquejar en palabras lo que él se propone hacer. Las mismas palabras, el mismo plan, la misma
estrategia la usa Dios hoy contigo y conmigo querido lector. En medio de nuestra aflicción, de la
aflicción de los seres humanos, El está allí, esta cercano, inmanente, no está
lejos, vive entre nosotros. Porque así
como vio el dolor de Israel, hoy ve nuestra aflicción.
Hoy el Señor te dice: “he visto tu
aflicción. ¿A que se refiere Dios cuando
usa el término aflicción? Usando algunos sinónimos se entiende como pesar, sentimiento;
congoja; molestia, angustia, desesperación.
Los egipcios durante 400 años esclavizaron a los judíos. En el libro de Génesis capítulo 15
versículos12 y13, Dios le revela como profecía esto a Abraham. Tal sometimiento estuvo enmarcado en trabajos
forzados, reclusión y muerte. Pero este
no es tu caso, eso espero, lo que ahora te aflige puede ser una enfermedad o
problema físico, el Salmo 6 versículos 2 y 3 encierra para muchos hoy esa
realidad, dice; “Tenme compasión, Señor, porque desfallezco; sáname, Señor, que
un frío de muerte recorre mis huesos. Angustiada está mi alma; ¿hasta cuándo,
Señor, hasta cuándo?”. Tal vez tu aflicción esta causada por un malestar
económico, tal vez sea emocional, o psíquico, lo que si es cierto es que el mal
general del ser humano, no importando la raíz de sus problemas, se le conoce
como “espiritual”
Dios ve en todo lugar a todo su
pueblo. De forma individual nos ve a cada uno de nosotros, ve nuestra aflicción
así como vio la del pueblo Judío en Egipto y de igual manera, El oye tu
lamento, escucha tu clamor. Un clamor es un grito de dolor, de desespero. Cuando las personas no tienen esperanza,
cuando ya nadie escucha, solo queda Dios.
Dice el salmista: “Este pobre clamó, y el Señor le oyó y lo libró de
todas sus angustias.” (Salmo 34:6). Dios
nunca abandona al que le busca con sinceridad, el mismo te dice en Jeremías
33:3 “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas
que tú no sabes.” No tengas dudas, que
nadie tenga dudas, el Señor cumple sus promesas nunca abandonará a nadie,
tienes que vivir cercano a El, tienes que aprender a depender de Jesús, aferrarte
a El, es necesario que le busques. El te invita a hacerlo ahora que sigue
cercano al hombre, dice en Isaías 55:6 “Busquen al Señor mientras se deje
encontrar, llámenlo mientras esté cercano.”,
Dios ve individualmente en todo
lugar, como también ve a todo su pueblo y a todos los pueblos, ve nuestra
aflicción así como vio la del pueblo Judío en Egipto y de la mima manera oye el
clamor. El también es lector de nuestra
vidas y por eso dijo a Moisés: “he conocido sus angustias”. El pueblo hebreo vivó en zozobra y
agonía. Dios entendió su angustia, la de
cada hombre, cada mujer, la de todos niños y ancianos, la mano dura de Faraón
los maltrató, y a muchos hasta la muerte.
Tus ansiedades, la zozobra del mundo, de cada ser humano es conocida por
Dios; no obstante Dios da libertad para que el hombre tome la decisión de poner
su carga en los hombros de quien escoja.
El lo conoce todo, desde nuestro dolor hasta nuestras intenciones “… El
Señor es un Dios que todo lo sabe, y él es quien juzga las acciones”. (1 Samuel
2:3b). ¿Cómo le estás buscando? ¿cuál es
tu intención? Te repito que El está dispuesto a atender tus necesidades, las
conoce antes de que confíes en El para solucionar tus problemas. Acude a El en
oración, acude solo a El en intimidad, Jesús lo enseña en Mateo 6:7-8 “Pero tú,
cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre,
que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te
recompensará. Y al orar, no hablen sólo por hablar como hacen los gentiles,
porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. No sean como ellos, porque su Padre sabe lo
que ustedes necesitan antes de que se lo pidan”. Acércate a Dios, hazlo tu
confidente, Él te conoce y conoce realmente lo que te conviene, por lo tanto
búscale de forma permanente y verás los resultados.
Dios afirma que el vendrá a ti para
librarte de lo que aqueja tu alma. Lo hizo con Israel y los libró de la mano de
sus esclavizadores. Un poco de historia
nos aclara que pasó con los judíos en Egipto.
El capítulo 47 de Génesis, luego que José había logrado llevar a Egipto
al pináculo de la prosperidad económica, logra hacer que Ramsés, el Faraón
ubicara a Jacob y su familia en las mejores tierras del lugar, la región de
Gosén donde fueron una raza florecientes económicamente por muchos años. A la muerte de José, entra en escena otro
Faraón, se cree este era Amenofis IV quien reinó al final de la XVIII
dinastía. Su dios era Atón y no había
imagen que lo representará, solo el Sol que era el astro más poderoso en la
creación de Antonabolió. Amenofis fue
asesinado, al parecer por aquellos que había sufrido la eliminación de los
cultos a otros dioses. Al morir Amenofis hubo un desarreglo político enorme del
que Egipto sólo salió con RamsésII, que reinó más de sesenta años. Bajo el
reinado de Ramsés-II los hebreos sufrieron el avasallamiento insoportable que
los hizo pasar de ser pastores a obreros esclavizados de un faraón de grandes
ambiciones. Así fue por cuatrocientos
años, pero Dios vio la aflicción del pueblo, escucho su clamor, comprendió sus
angustias y por eso procedió a librarlos.
La mano de los egipcios es la
representación del mal que hoy destruye a la humanidad, es el pecado, eso es el
Egipto de hoy en el corazón de hombre y mujeres de todas las edades y razas del
mundo. En ese Egipto se encuentran lo
que Dios llama “las trampas del cazador” sus engaños, sus timos; sus lazos; sus
trucos, ese cazador se mete en tu camino para intentar destruirte (Sal. 91:3). Ya el Señor ha descendido para librarte, al
tu pedírselo El te responde, que la sangre de Jesús es suficiente y te ofrece ...
para: perdón de los pecados, Jesús lo dice en Mateo 26:28 “Esto es mi sangre del pacto que es derramada por muchos para el perdón
de pecados”, para tu salvación para tu liberación de la condenación eterna
Juan 3:18 “El que cree en él [en
Jesucristo] no es condenado en él no es condenado...” sino que la sangre de
Jesús derramada en la cruz es suficiente para la remisión (limpieza espiritual)
de tu pecado. “…pues sin derramamiento de
sangre no hay perdón”. Heb. 9:22b.
Dios ve nuestra aflicción y nos
ayuda en medio de ella por la oración. En medio de la desesperación y angustia
clama a Dios y el te responderá (Sal.61). Dios conoce el tiempo de tu angustia,
el es el buen Pastor (Juan 10:14) “Yo soy
el buen pastor; y conozco mis ovejas y lmías me conocen” pero tu debes voluntariamente someter a El todas
tu vida, lo que eres y lo que tienes. El
te libra de angustias, te salva, El
mismo lo hace, no envió un angel, lo hizo el Padre en la persona del Hijo. Lo
hizo por amor y misericordia hacia ti; El te levanta y te lleva en sus brazos (Isaías
63:9). Búscale, negocia con Él.
EL CARÁCTER DE DIOS EN LA EVANGELIZACIÓN
Tratado para la
comprensión del Carácter de Dios
ante la necesidad
de la salvación del ser humano
Por
Rev. Eduardo
Torres
Prefacio
Debe ser la pasión de todo cristiano presentar el
evangelio con pleno conocimiento y convicción de la doctrina de la salvación,
esto evidentemente le dará autoridad y por lo tanto hará que aquel que le
escucha se persuada de su pecado y por ende, de su separación de la persona de
Dios. Al escribir este librillo me siento entusiasmado pues su contenido
es vital y suficiente para que el creyente responsable de compartir el
evangelio de la salvación, podrá comprender con mucha claridad el tema del
Carácter de Dios para con el ser humano perdido por causa del pecado. Una
buena porción de esta corta publicación está respaldada por el manuscrito del
mensaje predicado por el Dr. David Platt, pastor de The Church at Brook Hills
(la iglesia donde me desempeño como Pastor de la Comunidad Hispana, de la
misma) en Julio 13, 2008 –
Es importante que cada vez la tierra se llene del
poder del Evangelio de Jesucristo. Que desde este ministerio hispano se
produzca un avivamiento que resulte en llenar con el evangelio nuestra ciudad,
nuestro estado y hasta los confines de la tierra. Lograr penetrar las
mentes y los corazones de cada mujer y de cado hombre, joven, adulto, niño, con
la Palabra. Y que una imponente fuerza se desate sobre el mundo por el Espíritu
Santo tocando las vidas de aquellas persona por las cuales oramos y a las que
les llevamos la Buenas Nuevas de Salvación.
¡Manos a la Obra!, leamos y aprendamos
que un mundo sediento de la verdad y del amor de Jesucristo y su pueblo espera
afuera por nuestra decisión de hacerles recipientes de la fe salvífica del
Todopoderoso Dios.
INTRODUCCIÓN
En este tratado compartiré con el lector el
Carácter de Dios para ello nos apoyaremos mayormente en la carta de Pablo a los
Romanos. No será este un estudio teológico sobre la persona de Dios, no
es ese mi propósito. Para declarar la verdad del Evangelio de la
Salvación hay que entender cual es el carácter de Dios de una forma más
sencilla que la que usualmente utilizamos en los salones de clase de nuestros
institutos, seminarios y hasta en nuestros templos cada predicación. Mi
objetivo es que al compartir el evangelio a la comunidad estemos claros
doctrinalmente de que Dios es bondadoso, justo y creador de todas las
cosas. Dice el Dr. David Platt al respecto:
“Dios es el punto inicial del
Evangelio. El Evangelio fluye desde dentro de Dios. El Evangelio es de Dios. No
se puede entender el Evangelio si no entendemos a Dios. Vivimos en una sociedad
que tiene un conocimiento muy vago acerca de Dios y esto afecta la forma en que
la gente entiende el Evangelio”.[1]
Esto significa que cuando hablamos con personas que
no conocen a Cristo, no podemos asumir una actitud delante de ellos como si ya
conocieran a Dios. Las personas pretenden darle a Dios diferentes conceptos de
quién es Él.
Dios
El término “Dios” se usa universalmente para
expresar la existencia de un ser extraordinario que ocupa en la mente de
mujeres y hombres (creyentes o no), el área espiritual y/o religiosa.
Muchas personas dicen “creer” en Dios; los más sinceros dicen creer en “un
dios”, y no muchos expresan, con un poco más de pasión, “creerle a Dios”.
Pero ¿quién es Dios? ¿Existe realmente ese
Todopoderoso ser? ¿tiene algo que ver con nosotros? O como en boca (y mente)
algunos expresan: “Dios es un ser muy ocupado que no le interesa los que
sucede aquí abajo” palabras más, palabras menos, algo así es la
expresión. Ahora iniciemos el camino del conocimiento de Dios, me gusta
usar ese vocablo: “El Conocimiento de Dios”; es el título de un pequeño volumen
muy interesante, considerado una obra clásica de la literatura cristiana, cuyo
autor, el doctor A.W. Tozer presenta los atributos de Dios con palabras que
apuntan directamente al sentimiento del hombre. Estaré citando esta obra
entre otras a largo de este librillo.
Conozcamos a Dios
Existen en el mundo y por muchos siglos, numerosos
libros considerados “sagrados”. Cada cultura posee escritos antiguos que
tiene que ver con el devenir religioso y los dogmas y el fervor espiritual de
sus pueblos. Podemos citar algunos de ellos y en casi cada uno hay un dios
representado, una deidad que es adorada, o por lo menos venerada y que ellos
consideran que es Dios. Algunos pocos son: En Estados Unidos, el libro de
Mormón. En Asia los cuatro libros clásicos de Confucio: La gran enseñanza, La
doctrina del justo medio, Las analectas y el Mencio. En el Hinduismo
están los Textos śruti palabra que significa “lo oído directamente desde
Dios” Los cuatro Vedas: Rig Vedá, Sama Vedá, Atharva Veda, Yajur
Veda. Los Textos smriti. En el Islam, están El Corán, el Ahadith. En el
Judaísmo: La Biblia Hebrea (Tanaj), la Torá (La Ley), el Nevi'im (Profetas) el
Ketuvim (Escritos), el Talmud (Discusiones e interpretaciones rabínicas de la
Torá). En el Maniqueísmo está el Arzhang; y para no hacer más larga esta
lista termino con el Popol Vuh que contaba la historia de la creación y del
pueblo Maya.
Todos estos libro sagrados y el resto no mencionado
(A excepción de los libros hebreos, los cuales, algunos de los mencionados
están contenidos en el Antiguo Testamento, en la Biblia), tienen un concepto
errado de Dios, ¿la razón?, son filosofías de hombres, todo nace del
pensamiento humano y no de una revelación divina.
La Biblia es la Revelación de Dios a los hombres y
estudiaremos de ella en mi próximo librillo, con mucho detalle. Ahora nos
preocuparemos por descubrir a la persona de Dios.
La existencia de Dios
Todo en Dios es misterioso (Job
11:7-9), pero Dios se ha revelado a si mismo para darse a conocer aun en todo
el misterio de su personalidad. Conste que cuando se lee en este caso
“misterio” se está expresando “secreto”; no es nada esotérico, enigmático,
sombrío, clandestino. Por lo tanto Dios existe, lo que sucede es que la
humanidad prefiere ignorarlo o tal vez cambiar su apariencia, su personalidad,
para tratar de justificar sus malas acciones, su pecados. No hay quien
busque [verdaderamente] a Dios, no hay ni aun uno (Salmo 14:1-4).
Entonces, ¿Cómo sabemos que Dios
existe? Dice Grudem que la respuesta a esta pregunta se divide en dos partes:
(1) Todo ser humano tiene un sentido
interno de Dios. (2) Creemos en la evidencia que se haya en la Biblia y en la
naturaleza.[2]
Tomaré estas dos ideas de Grudem
y las desarrollaré en tres partes de forma sencilla:
El Sentido Interno de Dios: Estemos claros de que en la
mente de todo ser humano (diga creer o no en un ser supremo plural o singular),
existe la idea de que hay un Creador, aunque no le honren (Rom. 1:21).
Estos han rechazado a Dios pues sus acciones e incredulidad lo demuestran (Rom
1:25).
Me llama la atención un pasaje
que está en Hebreos capítulo 3, versículos 12-19, y hago énfasis en el
versículo 19, donde la Palabra dice que hay una “desaprobación” divina[3] por causa de la incredulidad, y surge una
interrogante; para entender esto hay que hacer un poco de historia y ver la
experiencia del pueblo judío en el Antiguo Testamento, donde ellos no
alcanzaron a llegar a la tierra prometida. Dios nunca se olvidó de ellos,
la promesa que El le hizo a Abraham la cumplió cabalmente. Pero luego en el
desierto rumbo a la tierra prometida, después que el Señor los había librado
milagrosamente de la esclavitud, no le creyeron a Dios, durante cuarenta años
ellos experimentaron las bendiciones divinas, el sustento, la salud, allí
estaba con ellos la ayuda milagrosa del Poderoso Creador; pero se revelaron
contra el Altísimo en Sin, cerca de Cades y en Meriba. Fueron cuarenta
años en que tentaron a Dios por causa de la incredulidad.[4] Surge una interrogante: ¿Por qué si
eran el pueblo de Dios, si creían en Él fueron desaprobados y no pudieron pasar
a la Tierra Prometida? Porque no le creyeron a Dios; pensaban que creía
en Él, como muchos dicen hoy que creen, pero no tienen su confianza 100% en el
que el verdadero Dios. Así de simple. Ellos son el espejo en que el
pueblo de Dios hoy debe mirarse y evaluarse, pues dice el Señor: «Si ustedes
oyen hoy su voz, no endurezcan el corazón como sucedió en la rebelión.»
(Heb. 3:15). Hoy hay en el mundo una gran parte de la humanidad que hace
lo mismo con Dios que hizo el pueblo de Israel en el desierto. Ven sus
milagros, sus señales, experimentan el sustento, la salud y todo aquello
material que proviene de la mano del Sustentador, pero no le creen y por ende
no le adoran, son desobedientes, son infieles, “por su maldad obstruyen la
verdad”[5] pues Dios se ha revelado en sus
corazones, en sus mentes y aun así no le han creído. Dicen
neciamente “No hay Dios”, niegan tener sentido del Dios eterno, pero en
momentos de angustia claman a Él, en situaciones de adversidad le buscan, por
eso no tiene excusa (Rom 1:20).
La Evidencia Bíblica: En toda la Sagrada Escritura está la certeza de
que Dios existe. Cada libro de la Biblia contiene de forma explicita e
implícita la presencia de Dios. En Génesis 1:1 le vemos como el Creador
del universo: “Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra”, y al
continuar la lectura por todo el capítulo uno el escritor sagrado nos pasea por
la galería del cosmos hasta la magna ejecución, la creación del ser
humano. Aunque el Génesis 2:4 el escritor inspirado finaliza este
trayecto diciendo: “Ésta es la historia de la creación de los cielos y la
tierra”, en el libro de Apocalipsis capítulo cuatro versículo once los
veinticuatro ancianos postrados ante el gran trono y rendidos en adoración
exclamaron: “«Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la
honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas; por tu voluntad existen y
fueron creadas.» Si la Biblia es la verdad y estamos de esto
realmente persuadidos, entonces Dios existe. Muchas otras cosas que están
plasmadas en las escrituras y que se han revelado en la historia del mundo,
dando evidencia de la existencia de Dios nos deben llevar a la convicción de
que Él esta presente desde la eternidad y hasta la eternidad.
Como conclusión entendemos que
vivimos en una época en que muchas culturas niegan la existencia de Dios.
Para ello las personas tiene dos excusas básicas: a) Dios no existe; b) No
somos seres creados por un Dios. Ellos sostiene que estamos sujetos a un
proceso evolutivo por causa natural. Este argumento no tiene un basamento
sólido, en otras palabras carece de sustancia. Para poder sostener que algo no
existe, es porque se han intentado todas las posibilidades de probar su
existencia. Se debe comprobar que Dios no existe cuando ya se han agotado
todas las posibilidades para lograrlo. Los científicos sostienen que hace
15 mil millones de años se produjo una gran explosión donde mil millones de mil
millones de partículas se unieron para formar el universo, antes de unirse esas
partículas ígneas se expandieron, se enfriaron y todo se obscureció, los átomos
condesados formaron grandes nubes que se alejaron unas de otras y formaron las
galaxias, etc.. Si esto es cierto la pregunta es: ¿de donde se origino la
explosión?, ¿como se origino esta explosión? No pudo haber ocurrido de la nada,
hay un viejo dicho que reza: “de la nada, nada viene”. Todo responde al
principio de Romanos 1; el diseño de la creación nos lleva obligatoriamente a
un diseñador. Las cosas no se forman de la nada, alguien trabajó en
ellas.
Debo sostener que este no es un
tratado sobre la persona de Dios, por lo tanto no me puedo detener en toda la
doctrina que abarca la personalidad de Dios, lo que quiero dejar en el corazón
del lector es “El Carácter de Dios” ante el hecho de la salvación del ser
humano, y abordaré sólo ese aspecto que nos ayudará a comprender lo que
necesitamos para presentar el evangelio.
El Carácter de Dios
Para iniciar este segmento
debemos entender que Dios es justo y bondadoso, creador de todas las
cosas. “Ciertamente, la ira de Dios viene revelándose desde el cielo
contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad
obstruyen la verdad” Rom. 1:18. Esa características, y todas las
demás se las ha revelado Dios a toda la humanidad; los dos siguientes
versículos (19-20) dicen: “Me explico: lo que se puede conocer acerca de
Dios es evidente para ellos, pues él mismo se lo ha revelado. Porque desde la
creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder
y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de
modo que nadie tiene excusa.” Dios se ha revelado a todos los hombre
como el Creador. Este en nuestro punto de partida.
Dios es el creador. En Romanos, Pablo nos enseña que solo Dios da vida
(Rom. 4:17; 5:18; 6:4, 22 y 23) y en Rom, 6:23 dice: “Porque la paga del
pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús, nuestro Señor.” ¡Vida Eterna!, El es el dador de vida. Romanos
8:19-21 dice: “La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos
de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia
voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de
que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza,
para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios.” Esto es
fundamental para el Evangelio. Dios es creador y como tal le pertenecemos
a El, somos sus siervo (doulos – en griego doulos- = esclavos), y si somos sus esclavos, le recuerdo
que un esclavo no elige a su amo, es el amo quien lo compra; Jesús nos compro a
precio de sangre. Aun antes nos dijo: “No me elegisteis vosotros a mí, sino
que yo os elegí a vosotros…” (Juan 15:16).
Dios es Santo. El tema de la santidad de Dios es extenso y
complejo. Aquí voy a presentar la santidad de Dios en contraste con
nuestro carácter como pecadores. Al hablar de la santidad de Dios debemos
hacerlo con temor reverencial. Y al comparar la santidad de Dios con nuestro
carácter como pecadores, se debe tomar una posición de humildad genuina. La
razón de todo esto es porque lo impuro y pecaminoso no puede estar en su
presencia. ¿Cómo te presentas ante Dios cada día? Estar presente ante
Dios de manera devota es muy diferente a experimentar visualmente su presencia.
Para entenderlo debemos ver lo que pasó con determinados personajes en el
Antiguo Testamento que estuvieron muy de cerca la presencia de Dios:
1. Moisés: El quiso ver el rostro de
Dios en insistió en hacerlo,. Recordemos que a Moisés Dios le llamó “mi
siervo”[6], en su insistencia Dios le dijo que no
podría ver su rostro y seguir con vida, leamos en Éxodo 33:18-23: “…Déjame
verte en todo tu esplendor —insistió Moisés. Y el Señor le respondió:
—Voy a darte pruebas de mi bondad, y te daré a conocer mi nombre. Y verás que
tengo clemencia de quien quiero tenerla, y soy compasivo con quien quiero
serlo. Pero debo aclararte que no podrás ver mi rostro, porque nadie puede
verme y seguir con vida. -Cerca de mí hay un lugar sobre una roca —añadió el
Señor—. Puedes quedarte allí. Cuando yo pase en todo mi esplendor, te pondré en
una hendidura de la roca y te cubriré con mi mano, hasta que haya pasado.
Luego, retiraré la mano y podrás verme la espalda. Pero mi rostro no lo verás.”
Hay una sima tan inmensa entre la
santidad de Dios y la corrupción del hombre que cualquier persona moriría si
solo avistara a Dios o simplemente lo escucharan. Así pues, Moisés, como ya
hemos leído, y Elías (1 Reyes 19:11-14) e incluso los serafines (Isaías 6:2)
cubren su rostro en presencia de Dios.
Ninguno llegó a ver a Jehová sino
solo Jesús “A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo unigénito, que es Dios y
que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer. “(Juan
1:18). Los salvados por el sacrificio de Jesucristo en la cruz, los que hallan
aceptado tal sacrificio y recibido a Jesús en sus corazones, podrán ver a Jesús
cara a cara cuando se encuentren con Él en la eternidad “Queridos hermanos,
ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de
ser. Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él,
porque lo veremos tal como él es.” (1Juan 3:2). Hay textos bíblicos que
dicen que los redimidos por Jesucristo verán el rostro de Dios en el cielo[7]. Si en el cielo contemplar el
rostro de Cristo es lo único que me permitirá Dios, al ver el a Jesús ya estaré
viendo a Dios. Esto debe ser una incomparable experiencia de infinita
gloria y esplendor, lo digo por lo que Pedro vivió en el monte de la
transfiguración, quién con sólo distinguir una chispa de esa gloria su deseo
fue radicarse en radicarse en esa montaña para siempre (Mt. 17:4). Lo
digo también por la experiencia de Isaías quien ve a Dios en su propio trono y
vislumbra la presencia de serafines y se lleno de temor creyendo que moriría[8]. Lo pecaminoso no puede estar en su
presencia, porque es destruido. Dios que es tres veces santo, por causa
nuestra impureza, se mantiene velado ante nuestros ojos para evitar que
muramos. El ser humano debe santificarse en Cristo para garantizarse estar
hoy así ante la persona de Dios, ahora velada, pero presente, en la eternidad
presente y a la vista.
Dios es el juez. Debemos leer algunos versículos en Romanos;
si usted esta dispuesto a seguir adelante con este estudio, le advierto que lo
que viene no es fácil de digerir. El problema que se presenta aquí está
en la manera en cómo juzga el ser humano, dice Pablo: (Rom. 1:2) “Por tanto,
no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al
juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas.”.
Observe ahora como es el juicio de Dios en Romanos 2;6 : “Ahora bien,
sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se basa en
la verdad. ¿Piensas entonces que vas a escapar del juicio de Dios, tú que
juzgas a otros y sin embargo haces lo mismo que ellos? ¿No ves que desprecias
las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no
reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento? Pero por tu
obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti
mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio. Y esta
es la parte penetrante de la Palabra en este pasaje, que dice: Porque Dios
“pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras” Y lo mas agudo viene
ahora: “Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará
los secretos de toda persona, como lo declara mi evangelio.” Él
juzgará los secretos de los hombres. Él es nuestro juez. En el capítulo 3
versículo 25 dice que el propósito de la cruz de Cristo fue para demostrar la
justicia de Dios. Romanos 8:33 habla de que Dios es el único que puede
justificar. En Romanos 3 también dice que Dios es justo cuando derrama Su ira
en nosotros pues en Su justicia Dios odia el pecado. Dios juzgará a
cada persona; a usted y a mi. El Dios del universo, el Santo Dios nos juzgará.
Juzgará nuestros pensamientos, nuestras acciones y Él será justo al hacerlo. Él
es nuestro Juez y nosotros debemos rendirle cuentas a Él. Por supuesto, este
punto es cuestionado y aborrecido por el mundo pues un mundo ateísta que niega
la existencia de Dios no tiene fundamento para discernir lo que está bien y lo
que está mal. Romanos 2:12-16 nos habla de cómo todos nosotros, aún sin conocer
o tener la Biblia, tenemos un sentido en nuestros corazones para diferenciar lo
bueno y lo malo, y esto no es algo que viene como resultado de un proceso de
evolución natural, esto solo viene de Dios quien nos da una ley escrita en
nuestros corazones. La realidad es que, según la teoría de la evolución, no hay
basamento para la inmoralidad. Un mundo centrado en el Evangelio señala
que Dios es el Creador y el Juez, cuya justicia reinará y todos somos
responsables ante Él. Dios es nuestro Creador, nuestro Juez..
Dios es lleno de Gracia. En Romanos capítulos uno al ocho
se encuentra que el equilibrio de Dios es Su justicia y Su gracia son
inseparables, por ejemplo en Romanos 3:22-24 dice: “Esta justicia de Dios
llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay
distinción, pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero
por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo
Jesús efectuó.” Todos nosotros nos sabemos el versículo 23, pero no podemos
olvidar el versículo siguiente. Y tampoco lo que dice el versículo anterior. El
versículo anterior (22) dice: “Esta justicia de Dios llega, mediante la fe
en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción…”
aquí la Gracia y la Justicia van de mano,. En el Capitulo 4:7-8
esta plasmada la Gracia Divina: “Dichosos aquellos a quienes se les perdonan
las transgresiones y se les cubren los pecados! ¡Dichoso aquel cuyo pecado el
Señor no tomará en cuenta!”, aquí Pablo citó Salmo 32:1-2; y en el
capitulo 5:1 de Romanos dice: “En consecuencia, ya que hemos sido
justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo.” Luego en el versículo 6-8 dice: “A la verdad, como éramos
incapaces de salvarnos, en el tiempo señalado Cristo murió por los malvados.
Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se
atreva a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra su amor por nosotros
en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por
nosotros”. Romanos 8:31 dice: “¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está
de nuestra parte, ¿quién puede Sigue diciendo: “El que no escatimó ni a
su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de
darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?”. Y dice luego: “Quién
acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará?
Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e
intercede por nosotros. Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por
medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la
vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los
poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá
apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor”.
Él es nuestro creador, Él es nuestro Juez, y Él es nuestro Salvador.
- Dios mezcla su justicia con su misericordia.
- Como nuestro juez le rendimos cuentas a El y
- Como nuestro salvador le necesitamos desesperadamente.
Conclusión: Dios nos da vida y por ende hace latir nuestro
corazón Él es quien le marca el ritmo por Su Gracia y Misericordia. No hay una
explicación diferente, no es válido cualquier otro pensamiento Nuestro respiro
viene de Dios. Es por Su Gracia que vivimos. Y vivimos en un mundo que dice que
somos personas auto suficientes, lo cual no es cierto, solo es necedad humana.
Todos nosotros, lo queramos creer o no, estamos sostenidos por Dios, dependemos
de Él. Aún los que odian a Dios, el aire que respiran viene de aquel a quien
ellos odian.
Bibliografía
Selecta
Wayne Grudem. Teología
Sistemática. Editorial Vida 2007, Miami, Florida. Edición Revisada
2009.
W.E. Vine. Diccionario
Expositivo de palabras del Antiguo y Nuevo Testamento Exhaustivo de Vine. Grupo
Nelson, INC. . Publicado en Español por Editorial Caribe. Nashville,
Tennessee. Estados Unidos de Norte América. 2007.
A.W. Tozer. El Conocimento de
Dios (Título en inglés: The Knowledge of the Holy). Trad. Andrés Carrodeguas. Edición
en español de Editorial Vida, Deerfield, Florida. Estados Unidos de Norte
America. 1966.
Biblias:
Biblia Peshitta en español –
Traducción de los antiguos manuscritos Arameos – Broadman & Holman
Publishing Group, Nashville, Tennessee. Estados Unidos de Norte América. 2006.
Santa Biblia, Casidoro de Reina
(1569) Revisada por Cipriano de Valera (1602) Holman Publishing Group,
Nashville, Tennessee. Estados Unidos de Norte América. Revisión 1960.
NVI – Nueva Versión Internacional
1999 Sociedad Bíblica Internacional. Editorial Vida. Miami, Florida. Estados
Unidos de Norte América.
Biblia de Referencia Thompson –
Edicioón de la Nueva Versión Internacional (NVI) 1999. Copilado y redactado por
Frank Charles Thomson, D.D., Ph.D. Editorial Vida. Miami, Florida. Estados
Unidos de Norte América. 2009...
[1] Threads: The Gospel and Personal Evangelism. The Character of God
and the Sinfulness of Man Sermón predicado por David Platt en The Church
at Brook Hills. Julio 13, 2008 – Vease en la Web:
http://www.radical.net/media/series/view/174/the-character-of-god-and-the-sinfulness-of-man?filter=series
[2] Wayne Grudem, Teología Sistemática, Edición en Español (Miami,
Florida: Editorial Vida, 2007 – Edición revisada 2009), p. 145.
[6] “…el Señor les dijo: «Escuchen lo que voy a decirles: »Cuando un profeta
del Señor se levanta entre ustedes, yo le hablo en visión y me revelo a
él en sueños. Pero esto no ocurre así con mi siervo Moisés,
porque en toda mi casa él es mi hombre de confianza. Con él hablo cara a
cara, claramente y sin enigmas. Él contempla la imagen del Señor. ¿Cómo
se atreven a murmurar contra mi siervo Moisés?»…” (Números 12:5-9)
[8] Los Serafines solo son mencionados en la Biblia en Isaías 6:2-7, el
profeta ve a estos seres alados en continua adoración al SEÑOR Todopoderoso.