Todo aquel que en él
creyere,
no será avergonzado
Hola querido
amigo y amiga, soy el pastor Eduardo Torres y espero que hoy estés muy optimistas y alegre.
Ayer te dejé un
reto: “no desperdiciar ni un segundo más, pues cada minuto que pasa es un
minuto más que nos acerca a una de estas dos eternidades” para tomar la
decisión de seguir a Jesucristo. Hablé
de que las mujeres y los hombres al morir están condenados a una vida de dolor
eternamente, separado de Dios, es lógico que debo también hablar de la vida
eterna con Jesús en los cielos y con mucha más pasión
La esperanza de
todo ser humano es estar con Dios para siempre y debemos tener esa seguridad,
sin titubear, Pablo dice sobre este hecho de que morir así es ganancia y todo
por la seguridad que tenemos de la salvación de nuestra alma “Porque para mí el vivir es Cristo, y el
morir es ganancia” (Fil. 1:21). Cuando hablemos así acerca del cielo, es
porque abrigamos la esperanza que hay y que se sostiene por causa de una
amistad con Dios; cuando se acepta la salvación en Cristo de todo corazón, cuando
uno abandona todo lo que le ata a una vida religiosamente manufacturada y une
su vida al SEÑOR siguiéndolo, entonces se está viviendo la realidad de esa
esperanza; el cielo, nuestra esperanza, es el lugar donde Dios habita. ¿Acaso
nos interesa algo más que Dios? La única riqueza que hay para nosotros en ese
lugar es la persona que nos creó a ti y a mí.
Amiga o amigo mío, las cosas que el cielo nos ofrece, no pueden jamás ni
nunca compararse con las cosas que este mundo nos ofrece. ¿Crees tú que el
hecho de poder ver a Jesús cara a cara y habitar en SU morada no es suficiente?
Celebremos y digamos como Pablo “la
muerte nos trae ganancia, si aceptamos a Jesucristo como nuestro único y
suficiente Salvador”, además también dice en Romanos 10:9-13 “…que, si confesares con tu boca que Jesús es
el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás
salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se
confiesa para salvación. Pues la
Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado … porque
todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”.
Ahora, declárale
a Dios que te arrepientes de haberlo desobedecido cometiendo pecado, que te
arrepientes de haber estado separado de la persona de Jesús y que ahora pides
perdón al SEÑOR y declara que su sangre derramada por ti te limpia de pecado. Dile a Jesús que estás dispuesto a seguirle
como tu Salvador y como tu Dueño, dile a Jesús que tú crees que su resurrección
te ha dado el poder para vivir eternamente con Él y que lo recibes en tu corazón
una vez y para siempre.
Dice en
Colosenses 2:6 “Por tanto, de la manera
que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en Él”. Y en Apocalipsis1:5
“y de Jesucristo el testigo fiel, el
primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos
amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre”.
Espero que
hallas comprendido todo, y que hoy sea el día más especial de tu vida. Dios te bendiga. Hemos terminado esta serie “De Muerte a vida”
y es muy posible que tengas preguntas o quisieras aclarar algunas cosas.
Puedes escribirme
a la.palabra.vital@gmail.com
con mucho placer te responderé, usar el correo electrónico nos facilita la
comunicación.
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